¿Que porqué?
Muy sencillo, son fechas de celebrar, de estar en familia, de reunión con los seres más cercanos, más queridos, buenos deseos y promesas.
Trasladaros mentalmente a un espacio reducido y sin posiblidad de salir, al menos a medio o largo plazo.
En Navidad (aunque suele ser siempre) tenemos que estar en alerta máxima, pues son las fechas con mayor incidencia de suicidios o muertes por sobredosis (cada uno tiene su forma de evadirse de sus problemas y de la realidad que le rodea). Por esta razón, todo el personal al completo, tanto de vigilancia, como el de Tratamiento (área a la que pertenecemos lxs Trabajadorxs Sociales), Servicios Médicos, Area de Seguridad y los mismos internos, debemos intentar agudizar al máximo nuestro radar para prevenir cualquier intento autolítico.
Está claro que corresponde a la Institución Penitenciaria “velar por la vida, la integridad y la salud de los internos e internas” (artículo 3.4 de la Ley Orgánica General Penitenciaria), por este motivo se viene desarrollando en todos sus establecimientos penitenciarios programas individualizados de detección y prevención de conductas suicidas. (Ahí os dejo el enlace, por si os interesa ampliar).
El índice de suicidios general (personas en libertad) se sitúa en el 4 por 100.0000. Por cada suicidio en la calle se producen 17 dentro de las prisiones.
.....Date un tiempo para digerir esto....
y ahora..............otro para valorar que es lo que puede estar pasando.
En varios informes diferentes de Instituciones Penitenciarias atribuyen a la reforma legislativa de 2003 para el endurecimiento de las penas el fuerte incremento del número de suicidios en las cárceles:
El estudio, "El suicidio en la institución penitenciaria" que promovió en su momento Mercedes Gallizo (ya estoy liado con su libro y habrá crítica, seguro), analiza la evolución de los suicidios en los últimos meses y concluye que entre las causas que impulsan a los internos a quitarse la vida está la falta de expectativas de recuperar la libertad con las dificultades que plantea la nueva legislación para acceder al régimen abierto. Y es que la citada reforma obliga a un "cumplimiento de las penas mucho más severo, con la implantación de periodos de seguridad, alargamiento del tiempo efectivo de cumplimiento y dificultad de obtención de beneficios penitenciarios". De hecho, denuncia el informe, estas trabas para lograr el régimen abierto y las "graves barreras para la obtención de libertad" provocan el aumento de los suicidios sobre todo entre los presos que se encuentran más cerca de salir a la calle.
Ojo a esto, más de un 25 por ciento de las personas que se habían quitado la vida, habían extinguido las tres cuartas partes de sus condenas o le quedaban menos de cien días para extinguirlas", apunta.
Desgraciadamente la sociedad moderna es compleja, y la cárcel, es para muchos de nuestros usuarios el último trayecto hacia la autodestrucción en un libro cuyo final viene escrito desde su nacimiento.Víctimas de la injusticia, la marginalidad, la carencia de formación humana, la intolerancia de algunos sectores sociales y la existencia de gobernantes irresponsables e incompetentes.
Estas personas, responderán de sus actos ante el sistema, pagarán con duras condenas sus errores, se reencontrarán de nuevo con la libertad (en el mejor de los casos), llevando a sus espaldas para el resto de sus vidas secuelas físicas y mentales y desafortunadamente un grave proceso de estigmatización social. No quiero ser políticamente correcto. Este predictivo y macabro cuento que te acabo de contar para darte el día en estas fechas tan happies, desde luego no se puede extrapolar a toda la población penitenciaria (faltaría más), pero te aseguro que sí a un tanto por ciento muy elevado.
Moraleja: Cada suicidio es un drama, una familia rota, una pieza perdida de un puzzle global, un fracaso, no debemos mirar hacia otro lado...
Moraleja 2: la navidad es para los niños, y para los niños grandes, felicidades a todxs.
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