El título del post es la película que he estado viendo esta tarde en el cine. No te voy a recomendar que la veas o que no la veas, eso lo dejo a tu elección. No me he vuelto crítico de cine ni mucho menos. Su director, ha estado grabando su última película en tierras almerienses y ha dado trabajo a cientos de personas que por unos días abandonaron las listas del paro. Tal vez por esto le hayan puesto una estrella en el Paseo. Y es que Almería es Hollywood!!!
El caso es que he salido absolutamente noqueado y la verdad es que no paro de darle vueltas al asunto, y son varios los que me rondan por la cabeza.
Primero: Cómo se les ocurre a dos padres jóvenes entrar con dos niños de unos 7 y 4 años aproximadamente a ver semejante orgía de sangre, sexo y drogas. Mi mujer, las dos filas más arriba y yo, nos quedamos a cuadros cuando el niño más pequeño preguntaba a voz en alto que qué era lo que le hacía el abogado a Penélope debajo de las sábanas,...¿¿?? y eso es lo mínimo que hemos presenciado.... ¿Es que esos padres/tutores no saben lo que eran 2 rombos? Os lo creáis o no, sufrí por esas jóvenes conciencias y por las pocas luces de sus progenitores, aunque claro está que aparte de los codazos, los espectadores de ambos espectáculos no dijimos nadie ni mú, y eso que más de un colega nuestro de las unidades tutelares de Menores se habrían frotado las manos.
Segundo: El tema central de la cinta es el negocio de la droga que genera unos estilos de vida exageradamente lujosos en las pocas manos que mueven sus hilos desde arriba, y de como vale cualquier cosa a cambio de no perder ese poder. Podríamos decir que en ningún otro ambiente se representa mejor la estructura de una sociedad estamental y jerarquizada como en este submundo: tenemos a los miles de obreros-pringaos (les falta unificarse en sindicatos) de esa gran multinacional que terminan sus vidas en prisión, subsidiarios de un programa de metadona, en el mejor de los casos, y en el peor acaban siendo torturados y asesinados sin piedad.
Se suceden escenarios de lujo en la Costa Oeste de EE.UU.(print animal, cueros, diamantes, oros, cochazos y rubiazas) mezclados con la más absoluta podredumbre de Ciudad Juarez en México. Dos países enormes y complejos donde se dan este tipo de paradojas: high versus low, expensive versus cheap, ¡vamos que no existe el término medio!
Tercero: La moraleja de la película y, que es la realidad misma, sería lo ilimitada que es la codicia humana.Conforme va transcurriendo la trama, uno llega incluso a empatizar con el protagonista, el cual no tenía ninguna necesidad de entrar en esa red de tráfico de drogas pero que, sin darse cuenta, se encuentra inmerso en una madeja de asesinos con múltiples pasaportes de la que es incapaz de escapar.
La pregunta que me hago es ¿cómo puede cualquier persona meterse en un embolado de esas características? (digo cualquiera, la prisión cada vez está más llena de individuos "normales"). ¿No tener para comer? No creo, más bien el ansia de tener más y más. También se puede dar el caso de tener que hacerlo por narices ("llevas la maleta a Barajas o matamos a toda tu familia"), palabras textuales de un interno colombiano que conocí en la prisión de Alicante, el cual no podía volver a su país donde ya habían asesinado a una buena parte de su familia y el sitio donde se encontraba más seguro era allí encerrado.
Al final, en prisión encontramos a individuos de la extinta clase media que se quedan parados y les comen las deudas o al típico yonki que comete multitud de pequeños robos para pagarse su dosis diaria y que suelen ser personas con una enorme carga a sus espaldas. Y, sin embargo, qué pocos entrevisto y trato en el módulo que vengan de arriba, de los "gordos", de los que llevan una vida de película, nunca mejor dicho.
Historias humanas terribles en un submundo dentro de un mundo terrible.
....y esos niños que no se me quitan de la cabeza.
¿CRITICAS? Hoy, desde luego no !Me ha encantado el post .....
ResponderEliminarAnónimo ¡me alegra que te haya gustado esta reflexión en voz alta! Un saludo
EliminarA mí me ha gustado la visión que das de la gente que está en prisión, ojalá todos esos que dicen "anda que no viven bien en la cárcel" fueran capaces de ver la realidad que tú ves. Y ojalá estuvieran allí los de arriba, realmente, y no los que habitan las cárceles a montones, que como bien dices, al final, puede ser cualquiera.
ResponderEliminarConocí el mundo de la cárcel durante tres años que entraba con una ONG a la prisión de Topas, siempre me había llamado mucho la atención. Acabas conociendo historias terribles. Supongo que hoy debe ser más brutal aún.
Un saludo, compañero!!
Por aquí, clientela Vip más bien poca... Pero te aseguro que me quedo con las vivencias e historias terribles de las personas más humildes, que son en definitiva quienes más van a agradecer y más valoran nuestro trabajo y nuestra ayuda. Para los demás ya están los grandes y afamados bufetes de abogados......
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